Objetivos terapéuticos del análisis junguiano

Tal y como hemos señalado con anterioridad, el el análisis junguiano es una forma especial de psicoterapia donde se intenta llevar al paciente hacia una “reconciliación” personal con el inconsciente. ¿Qué supone esto? Significa básicamente que la estrategia terapéutica consistirá en convertirnos en exploradores de nuestra psique en compañía de un profesional experto en este campo, donde entender por qué ciertas dinámicas y “presencias” inconscientes afectan nuestro comportamiento.

Para lograrlo la terapia junguiana tendrá como objetivo el analizar una serie de dimensiones muy concretas. Son las siguientes.

1. Trabajar nuestro “material” inconsciente

Mientras para el psicoanálisis freudiano lo inconsciente no es más que un espacio donde se contienen gran parte de nuestras pulsiones y deseos sexuales reprimidos, Carl Jung quita el foco a todas esas explicaciones deterministas para descubrirnos que en las profundidades de nuestra mente hay toda una arquitectura de contenidos, símbolos, arquetipos y significados que debemos sacar a la luz.

De este modo, y para abordar todo ese material inconsciente, la terapia junguiana se vale de dos etapas bien definidas.

  • Comprender nuestra arquitectura inconscienteA través de una serie de estrategias muy concretas como puede ser el análisis de los sueños, el arte, el diálogo o la imaginación, el terapeuta debería identificar y entender cada símbolo y arquetipo que hay en nuestro inconsciente. Sin embargo, el paciente tomará parte activa en ello, porque una buena parte de esos símbolos pueden tener un significado muy concreto para esa persona en cuestión. Son como fuerzas energéticas disfrazando un problema. 
  • Entender cómo impacta nuestro material inconsciente en nuestra vida conscienteEl segundo objetivo terapéutico será comprender cómo todo aquello que reside en nuestro interior de forma no consciente, altera nuestra capacidad para sentirnos bien, para sentirnos realizados.

2. Interpretación de los sueños

Los jungianos tienen una visión muy concreta sobre lo que son en realidad nuestros sueños, y ese velo donde se contiene todo el material inconsciente. El mundo onírico tiene una relación directa con el ego, es como un teatro donde pueden revelarse aspectos importantes para su autorealización, sus necesidades, sus miedos, sus limitaciones…

Así, mientras Freud nos decía que los sueños no son más que ese campo donde satisfacer ciertos reprimidos, los junguianos piensan que los sueños actúan a veces como voces críticas, como caminos que se nos abren para que tracemos nuevas alternativas en nuestro mundo consciente para tener una vida más rica.

Por lo tanto, lejos de ver el mundo consciente e inconsciente como dos entidades separadas como pueden hacer los freudianos, la terapia junguiana lo ve como un todo. Solo cuando integremos estas dos partes de nuestra psique en un todo, nos sentiremos libres.

3. Identificar nuestros complejos

Todos tenemos complejos, pero cuidado, lo que no es saludable es que los complejos “nos tengan” a nosotros. Es entonces cuando la vida pierde espontaneidad, oportunidades, potencial de desarrollo y crecimiento….

Jung nos explicó en su legado que los complejos se relacionan con los arquetipos heredados y con nuestras vivencias personales. De este modo, y según el este enfoque de la psicología analítica, podríamos diferenciar los siguientes tipos:

  • Complejo de Creso: necesidad de tener dinero y poder para sentirnos superiores.
  • Complejo de Caín: relacionado con los celos.
  • Complejo de Aquiles: necesidad por esconder nuestra fragilidad.
  • Complejo de Brunilda: ver a nuestras parejas como héroes.
  • Complejo de Eróstrato: búsqueda de atención constante.
  • Complejo de Antígona: necesidad de cuidar y proteger…

4. Estilo de personalidad

Una de las herramientas de evaluación más utilizadas en la terapia junguiana es sin duda el indicador Myers-Briggs desarrollado por Isabel Briggs Myers y Katharine Cook Briggs. Esta escala fue creada en base al libro de Jung los “Tipos psicológicos” y tiene como objetivo las siguientes dimensiones:

  • Entender en qué punto nos encontramos entre el continuo comprendido entre la introversión y la extroversión.
  • Saber cómo procesamos nuestros entornos y la información que en ellos se contienen.
  • Saber cómo tomamos nuestras decisiones, si lo hacemos en base a nuestras emociones, juicios, etc.
  • Descubrir cuáles son nuestras preferencias, nuestras necesidades emocionales y preferencias laborales.

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