Las relaciones amorosas son uno de los vínculos más intensos, profundos y significativos que existen, que influyen en el sentido de identidad y autovaloración de cada integrante de la pareja.
Cuando estas parejas ya han pasado años juntos y decidieron tomar responsabilidades de la vida en conjunto, se va dejando el enamoramiento atrás. Se vive la relación con mayor sensación de pertenencia y afecto. Se continúa escribiendo la historia de la pareja y de cada uno de los integrantes.
Cuando empieza esa historia, en la elección de pareja y el enamoramiento, se suele creer que son decisiones conscientes. Pero lo que realmente le da la característica de mágico, esa sensación de estar viviendo intensamente, es que no hay resoluciones lógicas y racionales, son emociones con raíces en lo inconsciente que los van llevando.
Esto lleva a que no se conozca realmente al otro. Son presos de una emoción, no se pensó racionalmente analizando si era la persona indicada o no. Esto no quiere decir que se haya tomado una mala decisión. Por lo contrario. ¿Por qué se dice que el amor es ciego? Es así la forma natural en que el amor se da. Esto lleva a que los conflictos en las parejas sean necesariamente normales.
La historia es una gran aventura, la verdad es que realmente no se sabe lo que se está haciendo y además vivir juntos representa un obstáculo, se comienzan a identificar como un nosotros y empiezan a depender uno del otro. Hay un maremoto emocional, la realidad se confronta con las ilusiones del enamoramiento, hay que aprender a convivir, dividir tareas y tomar decisiones, el estrés, los hijos, incertidumbres, los desencuentros, las sorpresas y los disgustos, la falta de momentos de recreación aumenta la tensión.
Se busca no perder al otro desde los mecanismos de relacionamiento que se tenga ya sean sanos o no lo sean. Porque están apegados y necesitan todo lo bueno que le da el vínculo, su lado nutritivo, de validación, de seguridad, confortable y la posibilidad de crecimiento personal.
En los conflictos se refleja todos los asuntos psicológicos no resueltos. Pueden surgir sentimientos negativos que no son falta de amor, sino signos de que algo no está bien. Cuando alguien se queja de que no se entiende con su pareja, puede haber una identificación psicológica con la pareja que no le permite ser una persona distinta. El ser idénticos no permite que puedan haber intercambio de ningún tipo, empañándose la comunicación con defensas psicológicas sin que exista realmente relación.
Cuando estas cosas pasan, se piensa que se eligió mal, que han sido engañados y ven otras personas que se ven como ideales, o envidian la vida del soltero o ven que otras parejas si lo lograron. La verdad es que todo lo que brilla no es oro.
No hay pareja ideal. Todas tienen defectos y son seres humanos. Y no hay pareja feliz por siempre. Por lo contrario, al ser un vínculo tan estrecho es difícil. Toda pareja va a tener conflictos. Gracias a ellos es beneficioso vivir la experiencia de la pareja. En este proceso aprenden a aceptar al otro, a conocerlo, a conocerse a sí mismos, a entenderse y entender al otro, a poner en palabras las emociones, a poder vivir en un vínculo sin miedo a perderlo, a poder autorrealizarse y ayudar al otro a autorrealizarse.
Hay un momento en el amor donde se está construyendo, que es de mayor dependencia, es como que la relación se va calibrando para luego salir de ahí. Eso da miedo a que se elimine la individualidad de la persona, y se inician los mecanismos defensivos. Por eso el mayor obstáculo de la pareja es la dependencia.
Para que una persona pueda reflexionar, aceptar lo difícil de la vida y autorrealizarse necesita tanto momentos a solas como acompañado, y una pareja sana debe respetar esto, para poder cumplir la función de pareja, y construir una historia con calidad de vida.
La nostalgia es un sentimiento agridulce que muchas veces aparece después de la separación, nos regresa a un lugar donde nos sentíamos queridos, seguros y felices. La nostalgia hace un recorrido por la memoria, mientras va trabajando en el significado de la historia, interpretándola, se entiende el sentido y anima a seguir adelante, reconstruyendo la historia que es base de la identidad.
Pero también la nostalgia puede ayudar a entender la propia historia, cuando se está en un vínculo que está viviendo situaciones conflictivas.
Para poder sentir nostalgia es bueno tomar un poco de distancia para poder sentir que te hace falta la otra persona.
Luego de pasar por sus momentos consigo mismos, podrán apostar a construir la historia con su pareja, a través de una conversación amena, en la que cada uno sea como un espejo de la realidad más profunda del otro, reconstruyendo el recuerdo, encontrando y comprendiendo los miedos, los conflictos, sin distorsiones ni autoengaños, esto enfrentará con la realidad del otro, de lo que pasa y todo aquello que no se quiera aceptar, la parte dolorosa de la nostalgia.
También, desde la parte agradable de la nostalgia, se podrá reconstruir el recuerdo de lo bueno, como todo lo sano del vínculo, como aquel misterio que los hacían sentir enamorados. Muchas parejas confiesan que aquellos rasgos que más los enamoraban eran los que al momento del conflicto más los enfurecía. Esto dice que es necesario llevar a la palabra ello y que, si se soluciona el conflicto, todavía hay esperanzas de reconstruir emociones que los hagan sentir vivos como el enamoramiento.
Cada persona tiene sus propios procesos de autodescubrimiento, que le permiten llegar a autorrealizarse a su manera, para lo cual necesita un equilibrio entre estar con la pareja y tomarse momentos para sí misma. Es en virtud de la interacción en el vínculo que se logra, lo que a su vez nutre a la pareja.
Espero que hoy te superes a sí mismo.