Nostalgia y migración son dos conceptos que solo se pueden comprender de forma conjunta.
Tanto es así que la etimología de la palabra nostalgia hace referencia a la migración. En su origen deriva de proviene del griego νόστος, nostos, que significa «regreso» o «retorno» y de ἄλγος, algos que significa «dolor», significando en su conjunto: dolor por el deseo de regresar a la patria, lo que lleva implícito el antecedente de migración.
En el año 1688 también con el nombre de nostalgia se describió una enfermedad de salud mental que refería a un conjunto de síntomas que tenían algunas personas quienes estaban viviendo lejos de su lugar natal.
La migración es el desplazamiento, que atraviesa algún límite geográfico o administrativo con el fin de cambiar de residencia, por causas económicas, políticas, raciales, religiosas, entre otras, pudiendo hacerse con la intención de volver, como a su vez ser permanente y por lo tanto desde el punto de vista de la psicología, no solo afectar a las personas que migran sino también a su decendencia futura.
Es un proceso complejo y delicado, que necesita el mayor respeto en el tratamiento, porque está implícito el dolor de miles de personas.
La migración es significativamente ineludible en el desarrollo de la persona, en cuanto a que se trata de un reajuste de todos los aspectos de la vida.
La nostalgia es un agente de la memoria que permite a la persona conectarse con quien es para poder sobrellevar situaciones inciertas. Esto se hace desde el sentimiento de nostalgia evaluando lo que se vive desde lo que se vivió y lo que se es. Cuando en el proceso de migración se vive la nostalgia, tiene la particularidad, que todo lo que se vive es ajeno a lo vivido, a lo que está en la memoria y a lo que se es. Usar las fortalezas que viven en la memoria se presenta con algunos inconvenientes.
El otro lugar se caracteriza por una cultura, una idiosincrasia, una forma de comunicarse y vincularse, un lenguaje no verbal y simbólico y una lengua, diferentes a la del lugar de origen del migrante, a lo que los que fueron a lo largo de los años interactuando y percibiese para ser parte de la memoria y forjar la persona del migrante. La diferencia está en la vivencia sutil, que ni siquiera se puede contar, pero quien viene con otros códigos, entiende cuando lo vive. Así pasan cosas como chistes que se entienden en un país, pero no en otro. Y tantas cosas que pueden hacer sentir al migrante como desubicado. Cuanto más diferente sea la cultura, más compleja será la adaptación. Por lo cual se ve puede sentir vergonzosamente desnudo de herramientas para afrontar la nueva realidad.
Y así el sentimiento de nostalgia en vez de ser utilizado como algo positivo, puede llegar a ser un refugio donde esconderse en la nueva realidad. Siendo muchas veces agravado por la existencia de más estresores, muchos que afectan la dignidad, como la separación de seres queridos, circunstancias inhumanas en el país de origen y/o en el traslado, como a su vez problemáticas económicas y violentas en el lugar de migración entre otras.
Muchos autores cuando describen la migración hacen referencia a que se van dando tres procesos interconectados. Estos son: la aculturación, el estrés de aculturación y el duelo. Cada migrante, amén de las generalidades que sirven para visualizar la migración, tiene una experiencia particular y única, resultante de las características, cualidades y formas de procederse de cada proceso en particular y de la forma de combinarse los mismos.
La aculturación es el proceso por el cual se van adquiriendo rasgos de la cultura del lugar de migración. Esto se hace por la interacción de toda aquella cultura que se aprendió y es parte de lo que el migrante es y la nueva realidad. El migrante se enfrenta a dos grandes decisiones, que no siempre se realizan de forma consciente, estos son si mantiene su propia cultura y el grado de participación en la nueva cultura, pudiendo tener como resultado integrar ambas culturas, asimilar la nueva cultura, mantenerlas separadas o marginarse. En la integración, el migrante, conserva cualidades de la cultura de origen e incorpora los de la nueva cultura. En la asimilación se abandona la cultura propia adoptándose aspectos de la sociedad de residencia. En la separación se rechaza la nueva cultura profundizando el vínculo con la cultura de origen. En la marginalidad, el migrante se mantiene excluido tanto de la cultura propia como de la cultura del país o ciudad de residencia.
No solo el migrante es parte del proceso de aculturación, sino que toda persona del país de migración que se ponga en contacto con comunidades de migrantes, inicia también el mismo.
Se suele definir tres etapas de la aculturación. La primera relacionada con la llegada y la admiración hacia el lugar de residencia. La segunda se identifica con la etapa en que empiezan a sentir las dificultades y la tercera con la cual se acepta las nuevas reglas y cualidades de la nueva cultura, buscando encontrar un equilibrio entre la cultura de origen y la actual.
El estrés de aculturación, surge cuando se enfrenta las fortalezas de adaptación aprendidas en otra cultura, en el proceso de adaptación a la nueva cultura, sintiendo nuevas circunstancias como perjudiciales y que aquellas herramientas de adaptación aprendidas no son eficaces en la nueva realidad, no pudiendo sobrellevar las nuevas condiciones de vida. De acuerdo a Berry si las estrategias de aculturación fueron la integración o la asimilación, la adaptación será más favorable respondiendo con menor cantidad de estrés (es decir estrés adaptativo favorable) a las nuevas circunstancias, mientras que si se utiliza la separación o la migración se experimentará mayor cantidad de estrés (es decir estrés no adaptativo). Las formas en que se dé el estrés están influenciadas por el tipo de personalidad y manejo de la incertidumbre, por la cantidad de estresores y por el grado de diferencia entre una cultura y otra.
El duelo es un proceso complejo de reorganización, elaboración e integración, por el cual se atraviesa un periodo de dolor y sufrimiento. El duelo de la migración tiene características especiales, ya que es un duelo que no es de algo en particular, es un duelo de todo aquello que se tiene afecto, que es parte de uno y da seguridad y a su vez puede ser un duelo que no sea por una pérdida permanente, ya que se puede regresar. Lo importante del duelo es si se puede elaborar o no se puede elaborar. En la elaboración se busca encontrar un equilibrio entre lo nuevo adquirido y la reubicación de aquello que se ha perdido, con un sentido que contribuirá a la identidad del migrante, lo que supone un proceso de crecimiento. Ese enriquecimiento de la identidad es un signo de que el duelo se ha elaborado.
Que al sentimiento de nostalgia le sea un poco más difícil intervenir como vínculo entre el pasado y lo nuevo, para poder adaptarse de forma positiva, y enriquecerse como persona, es la razón más importante para enfocar la consciencia en ella. Cuando se actúa en piloto automático, es más probable que no podamos manejar la situación, se presenten mecanismo de defensa, y la nostalgia en vez de usarse como pasaje a lo nuevo, se use como regresión a lo viejo.
Sí se trata de un desafió, como dicen por ahí la odisea de Ulises, que permite enriquecer la historia, la nostalgia y la identidad.
Esto tiene dos maneras de ser visto. Desde el lado triste de la pérdida y dificultades o de la posibilidad de descubrir no solo nuevos mundos sino aspectos y fortalezas de la misma persona que capaz nunca se hubiesen imaginado que existían.
¿Cómo vivir bien el sentimiento de nostalgia? No apegarse en desmedida la patria de origen ni rechazarla de sobremanera. Usarla como pausa que dé fuerza, y motive. Hablar el recuerdo. Reflexionar que hay formas de adaptación que no sirven en la nueva cultura, verificar qué sí qué no y animarse a hablar y preguntar. Interactuar con lo diferente, desde el orgullo de lo que se es. No reprimir emociones, darle nombres y hablarlas. Hay personas que se puede confiar. No negarse al duelo, contar y llorar el dolor, pedir ayuda, escucharse, aceptar la perdida.
Cada migrante tiene que aprontarte a ser otro, no hay una persona que pase por la migración y siga siendo la misma. Aprontarse para ser el héroe que gane esta batalla y tener más herramientas para construir una vida mejor.
Espero que hoy te superes a ti mismo.